Soledad

¿Qué es estar solo? ¿Permanecer sin compañía? No ¿Comprender el grito desesperado en cada latido del corazón, rogando por alguien real? Probablemente ¿Sentir la inexistencia de lo inexistente? Extraño, sin embargo, verdadero.
Es caminar y ser capaz de verse a sí mismo. Separar cuerpo y alma, observar aquel contenedor vacío vagando sin razón; recordar el pasado mediato y propio, ajeno y lejano; mirar los árboles verdes y florecidos, mas captarlos sin espíritu y marchitos.
Sí, soy un ser que respira y piensa sin voluntad propia, un ser molesto con sigo mismo ¿No es eso, en definitiva? Salgo de mí, pues no soporto mi persona. Y en ese salir me excluyo, me miro con otros ojos, agrego la objetividad falsa de quienes me rodean: formo en mi mente la idea de mi persona objetiva, pues contemplo desde fuera, sin poder deshacerme de la imagen previa de mi yo subjetivo, el cual permanece en el inconsciente una vez abandonado el recipiente. Mi objetividad subjetiva, después de todo.
Lo corpóreo se fusiona con lo abstracto nuevamente. Vacío, eso queda dentro de uno. Blanco, impenetrable, sensible. Ningún algo puede llenarlo, mas todo algo puede lastimarlo.
La soledad es, al fin y al cabo, un sentir ajenado.